Los pediatras y dietistas de
Occidente han observado como en las últimas décadas la obesidad
infantil se ha vuelto realmente una epidemia del nuevo
milenio. Una mala alimentación cada vez menos saludable, el
sedentarismo, los nuevos hábitos de ocio y en algunos casos,
factores genéticos colaboran con este mal que perjudica a millones
de niños y a su futuro como adultos.
Obesidad infantil: un problema social
Image courtesy of arthur84/ FreeDigitalPhotos.net
Según datos de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) la obesidad infantil
constituye uno de los problemas de salud más importantes del siglo
XXI. Millones de niños alrededor del mundo la padecen y se estima
que la mayoría de ellos continuará teniendo sobrepeso en la
adultez, lo que lo predispone a desarrollar enfermedades como la
diabetes o cardiopatías en forma temprana y a tener mayor morbilidad
que personas sanas de la misma edad.
La responsabilidad de los
padres o tutores en este tema resulta fundamental, ya que son ellos
los que deben proveerle al niño una dieta adecuada –o consultar a
dietistas
especializados- y fomentar la actividad física. La forma en la que
se vive actualmente es contraria al modelo de vida sana que se
debería practicar, tanto para los adultos como para los infantes a
su cuidado.